martes, febrero 05, 2008

¿Problemas de Comunicación?

¿QUÉ ES LA ASERTIVIDAD?

Hay quien considera que asertividad y habilidades sociales son términos sinónimos. Sin embargo, vamos a considerar que la asertividad es solo una parte de las habilidades sociales, aquella que reúne las conductas y pensamientos que nos permiten defender los derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido.
La asertividad está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo que queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos descalificamos nosotros mismos.

Estilo agresivo.
Ejemplos de este tipo de conducta son la pelea, la acusación y la amenaza, y en general todas aquellas actitudes que signifiquen agredir a los demás sin tener para nada en cuenta sus sentimientos.
La ventaja de esta clase de conducta es que los demás no se meten con la persona agresiva; la desventaja es que no quieren tenerla cerca.
Se utiliza el ataque y se repite la cólera de anteriores enfados. No tienen nunca un ganador porque la conducta agresiva sólo va dirigida a agredir al otro, creando resentimientos e impidiendo la mejora de la situación.

Estilo pasivo.
Una persona tiene una conducta pasiva cuando permite que los demás la pisoteen, cuando no defiende sus intereses y cuando hace todo lo que le dicen sin importar lo que piense o sienta al respecto.
La ventaja de ser una persona pasiva es que raramente se recibe un rechazo directo por parte de los demás; la desventaja es que los demás se aprovechan de uno y se acaba por acumular una pesada carga de resentimiento y de irritación.

Estilo asertivo.
Una persona tiene una conducta asertiva cuando defiende sus propios intereses, expresa sus opiniones libremente y no permite que los demás se aprovechen de ella. Al mismo tiempo, es considerada con la forma de pensar y de sentir de los demás.
La ventaja de ser asertivo es que puede obtenerse lo que se desea sin ocasionar trastornos a los demás. Siendo asertivo se puede actuar a favor de los propios intereses sin sentirse culpable o equivocado por ello; igualmente dejan de ser necesarios la docilidad extrema o la retracción, el ataque verbal o el reproche, y estas formas de actuación pasan a verse como lo que son, formas inadecuadas de evitación que crean más dolor y estrés del que son capaces de evitar.


Ejemplo: Usted se sienta en un restaurante a cenar. Cuando el camarero le trae lo que ha pedido, se da cuenta de que la copa está sucia, con marcas de pintura de labios de otra persona. Usted podría:
a) No decir nada y usar la copa sucia aunque a disgusto.
b) Armar un gran escándalo en el local y decir al camarero que nunca volverá a ir a ese establecimiento.
c) Llamar al camarero y pedirle que por favor le cambie la copa.

Ni a) ni b) son conductas apropiadas en esa situación si lo que pretendemos es reducir nuestro estrés.

Estas formas de comportarnos nos hace a veces ineficaces para la vida social, generándonos malestar. Sin embargo, como cualquier otra conducta, es algo que se puede ir aprendiendo con la práctica.
Una de las razones por la cual la gente es poco asertiva, es debido a que piensan que no tienen derecho a sus creencias, derechos u opiniones. En este sentido, el entrenamiento asertivo no consiste en convertir personas sumisas en quejumbrosas y acusadoras, sino a enseñar que la gente tiene derecho a defender sus derechos ante situaciones que a todas luces son injustas.

Entonces la asertividad se puede definir como una habilidad interpersonal que nos permite transmitir hábilmente opiniones, intenciones, posturas, creencias y sentimientos. La habilidad consiste en crear las condiciones que permitan conseguir todos y cada uno de estos cuatro objetivos:

• Eficacia (conseguir aquello que uno se propone),
• No sentirse incómodo al hacerlo, y
• En situaciones en que se pone de manifiesto un conflicto de intereses, ocasionar las mínimas consecuencias negativas para uno mismo, para el otro, y para la relación.
• En situaciones de aceptación asertiva, establecer relaciones positivas con los demás.

Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara. La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.


VENTAJAS DE UNA RESPUESTA ASERTIVA
La inhibición supone la falta de acción. Las opiniones y deseos de los demás prevalecen sobre los propios ya que se opta por no manifestarlos. Las consecuencias que tiene esta opción es la sumisión ante los deseos del otro y el sentimiento de frustración al no poder lograr los propios objetivos. De otro lado, impide que se avance en el grado de confianza de una relación al no darse a conocer. Inhibir sistemáticamente las opiniones, los deseos, las intenciones y la postura personal puede evitar problemas con los demás, pero acaba convirtiendo a quien así se comporta en un completo desconocido. En última instancia, la inhibición refuerza el temor desmesurado a no ser aceptado por los demás y a no creer en los derechos asertivos que todos tenemos. Entonces aparecen sentimientos de indefensión y la creencia de que "haga lo que haga, no cambiaría las cosas".
Realmente, muchas de las veces que uno se siente disconforme con el trato recibido por otro y le atribuye malas intenciones, se resolvería contestando afirmativamente a la pregunta "¿se lo has dicho?"

Una conducta agresiva en el estilo, el tono y el contenido del mensaje, permite una descarga emocional más o menos intensa que puede resultar satisfactoria en un primer momento. A diferencia de la inhibición, una conducta agresiva puede conseguir el objetivo que uno se propone al provocar en el otro una conducta de sumisión (¡o no!). Pero el precio que se paga por ello puede ser alto. A medio plazo, puede que se hagan evidentes nuevos conflictos con la persona "sometida". En realidad, a nadie le gusta ser objeto de una agresión y ello podría dañar seriamente, y a veces letalmente, la relación. En el caso en el que no exista una rebelión por parte de la persona objeto de la agresión, es bastante probable que ésta no se atreva a expresarse libremente por temor a ser agredida nuevamente. Así que a medio - largo plazo, la conducta agresiva provocará una falta de confianza mutua que acabará por limitar, sino erosionar, la relación.

Una conducta sistemáticamente inhábil, es decir, poco asertiva, no logra transmitir eficazmente la propia postura ni conseguir los objetivos de uno. A la larga crea sentimientos de indefensión (como en el caso de la inhibición) que aun son más intensos al ir precedidos de intentos infructuosos. Después de fracasos repetidos al hacer prevalecer los propios derechos, se refuerza la creencia de no ser aceptado por los demás.

Un estilo asertivo de conducta permite comunicar tranquila y eficazmente cuál es nuestra propia postura y ofrece información sobre cómo nos gustaría que el interlocutor actuase en un futuro. Permite darse a conocer y perseguir los propios objetivos respetando los derechos de los demás. Evidentemente no asegura la obtención de todo aquello que uno desearía de los otros, pero al menos sí permite que ellos conozcan de qué se trata. La persona que practica una conducta asertiva se percibe como auto eficaz al sentirse capaz de hacer aquello que cree y desea hacer. Por todo ello, un estilo asertivo permite conservar una relación de confianza con los otros, y de otro lado, la autoestima.


RESPUESTAS ASERTIVAS:
Los componentes no verbales son comunes a todo tipo de respuesta. A continuación se expone cómo utilizarlos:

Contacto visual. La mirada debe estar centrada en el receptor del mensaje mientras se expone el tema. Se recomienda que al menos se mantenga el 50 % del tiempo que dura la exposición. A momentos puede desviarse con el objeto de concentrarse en aquello que se quiere expresar. Una mirada excesivamente fija puede recibirse como increpante y hostil.

Afecto. El tono debe ser firme y convincente, aunque nunca hostil. Se adaptará a la situación que se está debatiendo y al momento del mismo.

Voz. Se utilizará un volumen audible, ni demasiado elevado ni demasiado bajo. La articulación de las palabras será clara, sin titubeos. El ritmo será tranquilo, sin acelerarse.

Pausas. Se hará una pausa más larga cuando se desee que el interlocutor pase a tomar la palabra.

Gestos. Pueden utilizarse gestos con la cabeza, la cara, los brazos, y las manos que enfaticen el discurso. Se cuidará de que estos gestos sean naturales, es decir, sean del estilo que suele utilizar la persona, ya que de no ser así, pueden restar fuerza al mensaje. Se evitarán gestos como señalar con el dedo índice puesto que puede recibirse como acusatorio, y en general, cualquier otro que pudiera transmitir hostilidad.

Postura corporal. El cuerpo se mantendrá erguido pero relajado. La cabeza recta, mirando al interlocutor.

Componentes verbales:
Expresión que denote comprensión de la postura del otro. Comprender al otro no significa necesariamente estar de acuerdo. En este punto hay que hacer un esfuerzo de entendimiento de los motivos o de la visión que el interlocutor tiene del asunto, y expresarlo. Si es necesario, se pedirán aclaraciones hasta que se esté en posición de formular una frase que lo sintetice.
Con ello no sólo aumentan las posibilidades de que se muestre más receptivo a lo que se le va a exponer, sino que puede tener un efecto de matización en el propio mensaje.

Expresión del problema. A continuación se expondrá el problema de forma clara y concreta. Siguiendo con el ejemplo, podría aplicarse el enunciado siguiente "sin embargo, me molesta que me exija que esté listo con tan poco tiempo de margen e insinúe que pierdo el tiempo..."

Desacuerdo verbal. Se aconseja utilizar una fórmula breve como "no estoy de acuerdo con ello...", o "no estoy dispuesto a hacerlo...". Para el caso que nos ocupa sería apropiado decir "no puedo seguir aceptándolo...".

Propuesta de solución. En este punto podría ser muy útil proponer alternativas dirigidas a modificar creencia o conductas.


EJEMPLO:

Rechazar una petición,

Hacer una petición, o solicitar ayuda,

Solicitar un cambio de conducta que resulta molesta,

Mostrar desacuerdo,

Hacer una crítica,

Recibir una crítica,

Formular un elogio,

Hacer cumplidos.


Solicitar el cambio de una conducta molesta
Cuando alguien se enfrenta con cierta regularidad a una conducta de otra persona que le resulta molesta, tiene la posibilidad de pedir que deje de hacerla y, si la situación lo permite, que adopte una nueva conducta en su lugar. El propósito de esta petición tiene muchas más posibilidades de éxito si se formula de forma asertiva.

La formulación asertiva aumenta la posibilidad de que el cambio se produzca dado que, por una parte, se informa a la persona del sentimiento desagradable que produce su comportamiento (cosa que podría ignorar hasta el momento), y de otra, se le brinda la posibilidad de rectificar.

A continuación se ofrece los pasos que debe seguir este tipo de petición:
En primer lugar, no hay que olvidar que la persona tiene la posibilidad de decidir si desea hacer, o no, esta petición. Quizás no esté justificado en los casos en que es improbable que se produzca de nuevo la conducta molesta, o se prevé poca predisposición al cambio.

Pensar qué se dirá y cómo. Normalmente una petición de este tipo no es imprescindible hacerla en el momento que se produce, sobretodo cuando quien decide hacer esta petición se encuentra "secuestrado" por emociones de tipo agresivo o por la tristeza. Es preferible esperar a que se estabilicen las emociones, ya que será más fácil mantener todos los componentes de una petición asertiva.

Escoger el momento y el lugar adecuado. Es preferible hacerlo en un momento en el que pueda mantenerse la atención, sin que existan otros eventos que distraigan o dispersen la atención. Se intentará evitar la presencia de otras personas que pudieran tomar partido a favor o en contra de cualquiera de las dos personas dialogantes, ya que ello podría predisponerlas desfavorablemente.

Describir la conducta molesta. Se trata de explicar clara y específicamente aquella conducta que resulta molesta, aportando concreción y sin extenderse más de lo necesario. Simplemente, se expondrán los hechos (p. ej.: "me gustaría hablar contigo sobre un tema que me preocupa, ¿tienes un momento?...en las últimas semanas vengo observando que no cumples con lo establecido en cuanto al reparto de tareas domésticas, has descuidado la compra y el baño de los niños"). Deben evitarse completamente las descalificaciones personales y la atribución de intenciones (p. ej.: "eso demuestra que eres un irresponsable", "sé que lo que pretendes haciendo esto, es que sea yo quien me encargue de todo"...). Esto sólo serviría para crear malestar e incitar al otro a defenderse mediante acusaciones, justificaciones, y en última instancia, negándose a cambiar.

Expresar cómo se siente en relación a la conducta molesta. Este punto es adecuado cuando existe una relación de confianza con la otra persona, y no tanto cuando se trata de un extraño.

Expresar que se comprende el comportamiento del otro. A pesar de no estar de acuerdo con ello, es necesario comunicar que se conoce el punto de vista de la otra persona. Con ello se logra que esté más dispuesta a escuchar y a valorar un posible cambio. Siguiendo con el ejemplo, podría ser adecuado algo como "sé que últimamente tienes mucho trabajo y estás cansado/a".

Especificar el cambio de conducta que se desea. La petición debe formularse clara y directamente, evitando las frases que pudieran dar lugar a confusión. El tono será cordial, amable, pero firme (p. ej.: "creo que deberías continuar asumiendo tus responsabilidades de encargarte del baño de los niños y de la compra diaria, tal como acordamos..."). En esta fase la persona que efectúa la petición debe estar abierta a la negociación, ya que es posible que el otro pida alguna cosa a cambio. A veces es más importante crear un clima de entendimiento que obtener todo cuanto se deseaba.

Exponer las razones por las que se desea el cambio. Explicar las ventajas que se derivan del mismo. Lógicamente, las ventajas deben referirse a ambos interlocutores. Exponerlas puede ayudar a que el otro reconsidere la petición y mantenga la conducta de cambio. Hay que tener en cuenta que todo cambio de comportamiento significa un esfuerzo de adaptación; significa abandonar antiguos hábitos para adquirir otros nuevos. Todo es más fácil si se prevén las ventajas que ello supone. En el ejemplo anterior, las posibles consecuencias positivas podrían ser "así tendríamos más tiempo para compartir tiempo de ocio", o "de esta manera yo me sentiría mejor y estaría más amable contigo"...

Explicar las posibles consecuencias negativas que pueden derivarse de no aceptar el cambio de conducta. Esta opción sólo se actuará en caso de que la otra persona mantenga una completa oposición a modificar su conducta. Es recomendable ser realista al enumerar las consecuencias negativas, es decir, cuidar que se ajusten a la realidad. En la situación tomada como ejemplo, de nada serviría decir algo como "bien, entonces los niños dejarán de tomar un baño", o "bueno, pues la nevera permanecerá vacía hasta que decidas ir a comprar"....¿Realmente estaría dispuesto/a a mantener su postura? ¿Supondría algún tipo de ventaja para Ud., más allá de la posible satisfacción inmediata obtenida por la expresión de un sentimiento de venganza? ¿Ayudaría esto a mejorar sus propias condiciones?.

Ahora tomemos como ejemplo una situación laboral en la que Ud. debe esperar a que llegue su compañero del siguiente turno para abandonar su lugar de trabajo. Supongamos que esta persona tiene una conducta repetida de impuntualidad, de forma que Ud. suele marcharse más tarde de lo estipulado. Después de haber seguido todos los pasos sin éxito, podría ser adecuado plantear algo como "bien, entonces no me queda más opción que hablar de ello con mi superior". Respóndase a las preguntas formuladas para el caso anterior, y si la respuesta es afirmativa, ¡adelante!.

Mostrar desacuerdo sobre una opinión y expresar la propia. Realmente hay un sinfín de situaciones en las que una persona puede experimentar desacuerdo con la opinión de otros. A veces se opta por no expresarlo, otras por hacerlo de forma agresiva, y otras por la forma asertiva.

Inhibirse implica perder la oportunidad de darse a conocer y de exponer una opinión que puede ser valiosa para abordar un tema de interés común. La inhibición puede ser útil cuando el tema que se debate no tiene trascendencia alguna, pero aún así, enriquece poco el proceso de comunicación.

La forma agresiva de expresar desacuerdo aporta muchos riesgos; puede entorpecer el avance en un posible replanteamiento de ambas partes, puede añadir nuevos problemas de comunicación, y aunque puede obtener el asentimiento del contrario por sumisión, establece una dinámica de relación de escasa confianza. El hecho de que esta modalidad sea tan utilizada podría deberse a su relación con la lucha por el poder más trivial, en la que se define quién es el vencedor y quién el vencido. Pero esta lucha no permite alcanzar estados más avanzados y creativos que sí permite el contraste de opiniones. Además, vencer a alguien por sometimiento siempre engendra el peligro de la rebelión.

La modalidad asertiva no sólo carece de las desventajas anteriores, sino que ofrece la posibilidad de mantener la autoestima de la persona.

A continuación se expone los pasos que deben tenerse en cuenta para expresar desacuerdo ante la opinión de otro y formular la propia opinión, de forma asertiva.

Asegurarse de haber comprendido la opinión del otro. Una forma de hacerlo es parafraseando, es decir repitiendo, lo que se ha creído entender, p.ej.: "según lo que dices, entiendo que propones que la cantidad anual de emigrantes se limite desde los gobiernos autonómicos...". También puede utilizarse preguntas de comprobación de la comprensión. En este caso, la formulación del contenido del mensaje es lo único que cambia. Siguiendo con el ejemplo sería "¿quieres decir que según tu opinión, la cantidad anual de emigrantes debería limitarla los gobiernos autonómicos?". De esta forma, se da la oportunidad de clarificar malos entendidos y obtener una información más precisa antes de dar la propia opinión.
En ocasiones y por diversos motivos, se da el caso de que tras la paráfrasis o la pregunta de comprobación, la persona niega haber sido el autor de lo que verdaderamente ha dicho..."Bueno, no quiero decir exactamente esto...", "no, yo no he dicho esto...". Puede entonces, aprovechar la ocasión para matizar lo que ha dicho. En el caso de ser así, es conveniente hacer de nuevo una paráfrasis o resumen buscando el compromiso personal con lo dicho, sobretodo en el caso de que la persona que emite la opinión tenga alguna responsabilidad de acción en el tema. Para el ejemplo que nos ocupa, aconsejaríamos a un político que lo hiciese.

Pensar en lo que se va a decir y en cómo. De nuevo no es conveniente precipitarse en emitir la opinión contraria, con más motivo si ésta supone un compromiso de acción. Puede retomarse el tema posteriormente, tras haber estudiado los matices que interesa introducir.

Reconocer los aspectos positivos de la opinión del otro en caso de hallarlos. Este aspecto es aconsejable, ya que así se predispone al interlocutor a estar receptivo ante la nueva opinión que va a escuchar. En el ejemplo anterior podría formularse como "estoy de acuerdo en que es un problema la entrada de emigrantes sin ningún tipo de planificación...".

Mostrar desacuerdo de manera clara, firme y amable. En este punto es conveniente no mostrar signos de inseguridad como el titubeo, o el uso del condicional como forma verbal (yo propondría..., yo diría ...). Es imprescindible utilizar el pronombre personal yo, o nosotros si representa la opinión de un colectivo. Aunque el mensaje verbal y no verbal es firme, el tono debe ser amable (sin alzar excesivamente la voz, sin negar la mirada, manteniendo una postura erguida y no altiva...).
Una forma sencilla como "yo no estoy totalmente de acuerdo con tu opinión sobre el tema..." o "nuestro grupo no está de acuerdo con la solución que vosotros proponéis al problema...", será suficiente.

Ser específico al describir la opinión con la que se está en desacuerdo. En esta fase hay que cuidar de no caer en descalificaciones personales que sólo sirven para activar una conducta defensiva del interlocutor (p.ej.: "esto nos parece representativo de mentes estrechas...", "esto demuestra la poca capacidad que Uds. tienen de buscar soluciones acordes con las necesidades sociales..."). Lo más probable es que tras este tipo de intervenciones se entre en una escalada de descalificaciones mutuas a las que tan acostumbrados nos tienen ciertos políticos, y que tan poco aportan al entendimiento mutuo y al avance en las negociaciones. Además, por poco agudo que sea el receptor de este mensaje, pronto adivinará que el que lo emite está haciendo gala de un pensamiento deductivo erróneo, repleto de generalizaciones imprecisas, que poco tiene que ver con la realidad.
Una alternativa asertiva sería algo como "no creemos que la alternativa sea pasar la competencia de limitación de entrada del emigrante a las autonomías..."

Dar razones que sustenten el desacuerdo. Aquí no se trata de justificarse, sino de dar razones basadas en el análisis de las limitaciones que tiene la propuesta del otro.

Dar la propia opinión formulándola de forma concisa. El enunciado debe ser claro, conciso, formulado en primera persona, y sin perderse en disquisiciones que se apartan del tema concreto. Una formulación formalmente correcta es "nosotros creemos que la entrada de la emigración debería estar regulada desde una comisión que represente al gobierno central y a los gobiernos autonómicos, cuyas funciones serían analizar las necesidades del mercado...".

Resaltar las ventajas de la nueva opinión respecto a la del interlocutor. Esto otorga credibilidad a la opinión que se emite, además de aumentar la probabilidad de que el otro reconsidere su propia opinión.

Obtener la reacción de la otra persona a la nueva opinión. La finalidad no es forzarla a que esté de acuerdo y que abandone necesariamente su planteamiento inicial, sino conocer cuáles son sus puntos de discrepancia, sus nuevas argumentaciones, o si fuera el caso, las dificultades que tiene en mantener su posición inicial.


ASERTIVIDAD Y NEGOCIACIÓN
Para poder ejercitar la asertividad tenemos que tener capacidad de negociación. En la negociación se intenta conseguir lo que se quiere con el beneplácito del otro, que lógicamente también va a tener algunos beneficios.
La realización de una negociación comprende varias fases. La primera, es la de preparación. En ella tenemos que pensar la estrategia que tenemos que seguir en el encuentro con el otro en el que se va a plantear los problemas y se va a hacer la negociación propiamente dicha.

Fase de preparación
Para poder conseguir cualquier cosa tenemos que saber como hacerlo y para ello hay que prepararse. Ir a un encuentro sin tener una mínima guía de comportamiento, cuando, además, no somos negociadores experimentados, nos expone a no lograr para nada los objetivos que perseguimos. Por tanto hay que preparar lo que se va a decir y a hacer en la negociación cara a cara con el otro.
Dentro de la preparación habría que distinguir dos subfases. La primera de preparación personal para evitar caer en la pasividad o en la agresividad y la segunda de preparación del diálogo que vamos a plantear al otro.

Fase de preparación personal
Se trata de una fase previa, necesaria para
Tener muy claros los objetivos que perseguimos en el encuentro. Es lo que nos motiva a la negociación. Cuando negociamos tenemos que tener la vista puesta en nuestros objetivos. Hay algunas cosas que nos pueden distraer de ellos y hacernos fracasar. Por ejemplo, nuestra emoción. No podemos confundir la emoción con el objetivo. Nos gustaría quedar bien, pero normalmente ese no es el objetivo. Nos gustaría machacar al otro, pero así no lograremos lo que realmente queremos. Nos gustaría que el otro reconociese que tenemos razón y que él estaba equivocado, pero nos tenemos que preguntar si ese es nuestro objetivo o si así solamente conseguiremos una recompensa de tipo emocional, mientras que nuestro objetivo se pierde. No hay que olvidar la máxima: “lo que cuenta son los hechos y no las palabras”. Si nos explayamos y nos descargamos emocionalmente puede que hayamos conseguido una recompensa a corto plazo, pero la pregunta que tenemos que hacernos es si hemos conseguido nuestros objetivos.
Hay que huir de juicios de intenciones. Si juzgamos las intenciones de la otra persona y nos basamos en ellas para plantear la relación con el otro, corremos el riesgo de contestar y reaccionar a las intenciones que pensamos que tiene el otro y perdemos de vista nuestros objetivos. Así podemos llegar a ser agresivos o a ser pasivos. Si nos han hecho algo que nos ha dolido y pensamos que lo ha hecho con buenas intenciones, podemos estar tentados de dejarlo pasar y no decir nada. Si juzgamos que lo ha hecho con mala intención, vamos a atacar su “maldad” y no los hechos y seremos agresivos. En una negociación no se trata de agredir y someter al otro, aunque lo veamos como un rival. Hay que darle una salida, más o menos airosa porque si no se revolverá contra nosotros. Querer que nos reconozca lo equivocado que está y se someta completamente a nuestros deseos puede ser un objetivo emocional, que compense la humillación que hemos sentido, pero ¿es realmente nuestro objetivo? Sí tenemos que intentar entender que cosas son las pueden motivar al otro para hacer lo que nosotros queremos que haga.
Tenemos que pensar en como crear la oportunidad de la negociación. Si es algo pendiente desde hace mucho tiempo y que queremos abordar, hay que buscar al otro y plantear un tiempo y un espacio en el que se pueda dar la negociación. Es lo primero que tenemos que conseguir del otro. Sin ellos no se consigue, no es posible hacer la negociación. En muchas ocasiones no hay que buscar la oportunidad, es la propia situación en la que se genera el problema. Pero en ella nos puede ocurrir que cuando el otro se va es cuando se nos ocurre aquello teníamos que haber dicho. Recuerda: Siempre hay una segunda oportunidad aunque haya que crearla. Crear la oportunidad es buscar al otro y plantear, aunque sea por enésima vez, el tema que nos ocupa. Cualquier frase introductoria como decirle, “de lo que hablamos ayer me gustaría comentarte algo” o frases parecidas para iniciar la conversación son ayudas inestimables para crear la oportunidad.
Con los objetivos claros podemos controlar nuestra agresividad y motivarnos para dejar de ser pasivos, con la oportunidad creada y el entendimiento de lo que el otro espera podemos preparar el momento concreto de la negociación.

Preparación del diálogo
Sin perder de vista que lo importante es lo que hagamos y lo que decimos solamente puede ser una guía para que el otro sepa cuales van a ser nuestros siguientes pasos, tenemos que preparar aquello que vamos a decirle. El diálogo que tengamos con él tiene que cumplir los siguientes requisitos para ser un diálogo asertivo:

Describir los hechos concretos. Se trata de poner una base firme a la negociación, en la que no pueda haber discusión. Cuando describimos hechos que han ocurrido el otro no puede negarlos y así podemos partir de ellos para discutir y hacer los planteamientos precisos. En este punto es donde más tenemos que evitar hacer los juicios de intenciones. No se trata de decir “eres un vago” sino decir, “vengo observando que te levantas desde hace ya varias semanas a la hora de comer”. Diremos me has dicho 10 veces “no sirves para nada” en lugar de “me quieres denigrar y hundir” (juicio de intenciones.)
Manifestar nuestros sentimientos y pensamientos. Es decir comunicar de forma contundente y clara como nos hace sentir aquello que ha ocurrido y que juicio moral o de pensamiento nos despierta. Es el momento de decir “estoy hasta las narices de esta situación y no la soporto más”, o “me he sentido humillado y denigrado”. Hay que recordar que no se trata de que el otro lo encuentre justificado o no. Le puede parecer desproporcionado, o injusto, o... pero es lo que nosotros sentimos y tenemos derecho a hacerlo así, no aceptaremos ninguna descalificación, defenderemos nuestro derecho a sentirnos tal y como le decimos. Le estamos informando, no le pedimos que nos entienda o nos comprenda, por eso no puede descalificarnos ni aceptaremos críticas a nuestros sentimientos, emplearemos la técnica del banco de niebla combinado con el disco rayado .
Pedir de forma concreta y operativa lo que queremos que haga. No se trata de hablar de forma general o genérica, “quiero que seas más educado”, “quiero que me respetes” “quiero que no seas vago”; sino que hay que ser concreto y operativo: “quiero que quites los pies de mi mesa”, “quiero que cuando hablo me mires a los ojos y contestes a lo que te pregunto”, “quiero que estudies tres horas diarias”. Son conductas concretas que el otro puede entender y hacer.
Especificar las consecuencias. Es decir, aquello que va a ocurrir cuando haga lo que se le ha pedido. Se le podría plantear también las consecuencias que tendrá para él no hacerlo, pero es preferible especificar lo que va a obtener de forma positiva. De otra manera lo que planteamos es un castigo y los castigos son mucho menos efectivos que los premios o refuerzos. Muchas veces se trata solamente de una forma de presentación, hay que tener en cuenta que frecuentemente algo que puede ser planteado como un castigo, si no lo hace, se puede ver como algo positivo si lo hace. “Si no lo haces tendrás un castigo” se puede convertir en “Si lo haces evitarás que haga lo que no quiero hacer que es lo que supone un castigo para ti, que es algo que, por supuesto, yo tengo que hacer para ser consecuente con mis objetivos y los sentimientos que ya he expresado”.
Ensayo
Lo que se ha preparado, preferentemente por escrito, se tiene que ensayar hasta aprendérselo de memoria. Cuando vamos a un examen nos ponemos nerviosos y se nos olvidan muchas cosas, puede pasarnos lo mismo en este caso y por eso hay que aprendérselo de memoria.
Si la situación nos causa alguna ansiedad, es una razón más para el ensayo. Cuando nos imaginamos la situación de la negociación nos estaremos exponiendo a ella en la imaginación y al menos cuando pensemos en hablar con el otro no nos pondremos nerviosos y comenzaremos nuestra negociación en mejor posición anímica. Si nos ponemos nerviosos podemos acogernos al diálogo que hemos preparado en la seguridad de que vamos a expresar nuestros deseos de forma completa.

Ejecución
En la fase de ejecución hay que tener en cuenta algunas técnicas básicas que nos permiten llevar a cabo lo que hemos preparado. No hay que olvidar nunca que nuestros objetivos están plasmados en el diálogo que hemos preparado y que nuestra meta inmediata es decirlo. No se trata de contestar a todas las digresiones que nos hagan, no es necesario ser rápido y agudo para poder responder de forma inmediata a todo lo que nos digan. Se trata de emplear la técnica del banco de niebla, que también se llama aceptar en principio, seguida de la del disco rayado.
La forma de hacerlo es diciendo que “puede que lleves razón; pero...” (banco de niebla) lo que yo quiero decir es que.. “ y se sigue con el diálogo en el punto en el que fuimos interrumpidos o repitiéndolo desde el principio (disco rayado.) Puede parecer muy limitado y que vamos a hacer el ridículo, pero es sorprendente lo efectivo y natural que resulta. Si saca otros temas, también importantes, no perdamos de vista nuestro objetivo, tenemos que acabar con lo que ha motivado la negociación para poder seguir más tarde con lo que acaba de plantear: en ningún momento hay que perder de vista nuestro objetivo, plasmado en el diálogo preparado.

Desentrañando Secretos de Familia

Este artículo consiste en una entrevista efectuada a Bert Hellinger sobre las Constelaciones Familiares y su método fenomenológico de hacer psicoterapia sistémica.

Entrevista efectuada por Humberto del Pozo en Santiago de Chile, Septiembre de 1999.

¿Qué es la psiquis familiar?
Hemos observado, al trabajar con la familia, que sus miembros son dirigidos por un principio o fuerza en común, y yo llamo a eso una conciencia familiar. Podemos observar que un número circunscrito de personas son sujeto de fuerzas inconscientes que los llevan a comportarse de una cierta manera. Por ejemplo, si en una familia, un miembro de ella ha sido excluido u olvidado, digamos un niño que murio a temprana edad, y ya no se le cuenta entre sus hermanos, entonces más tarde dentro de la familia, ya en la siguiente generación, otro miembro de ella asume la misma suerte de ese niño. Esa persona entonces quiere morir, sin que nadie sepa por qué.
Y hacemos una Constelación Familiar. Esto significa que en un grupo, una persona se centra en sí misma y selecciona a representantes para los miembros de su familia –incluyendo a alguien para sí mismo- y los sitúa en un espacio unos en relación a los otros, siguiendo a su propia intuición. Y tan pronto como las personas han asumido su lugar, sienten como las personas a las que representan, sin siquiera conocerlas. Así, por medio de la Constelación Familiar, obtenemos una representación de lo que realmente está sucediendo en la familia.

¿Cómo es la terapia que usted hace entonces para las conductas inconscientes que mencionó?

Digamos que en este ejemplo, la persona selecciona representantes para su padre, madre, sus hemanos y hermanas, y una para si mismo. Luego las ubica en el espacio, y todas quedan mirando en una misma dirección. Eso es muy extraño, así que cuando lo vemos sabemos inmediatamente que alguien ha sido olvidado o excluido. Entonces repentinamente recuerdan: “¡Oh, sí! ... hubo una hermana que nació discapacitada y murió luego de tres meses...” Entonces yo selecciono a una representante para la hija fallecida y la sitúo frente a los demás. Y todos se sienten aliviados porque ahora ella puede ser incluida, y otro niño que se ha enfermado, por ejemplo, de diabetes, tiene ahora probabilidades mucho mayores de enfrentar esa enfermedad en forma positiva.

He visto que usted requiere de muy poca información del cliente antes de pedirle que configure su Constelación Familiar. ¿Es eso suficiente, cómo es posible?
Sí, puesto que esta percepción emerge con mayor facilidad si uno pregunta por la información más esencial, y si eso se hace sólo justo antes de configurar la constelación, no antes.
Las preguntas esenciales son:
1. ¿Quién pertenece a la familia?
2. ¿Hay niños fallecidos durante el embarazo, o alguno que murió temprano? ¿Ha habido alguien con una suerte dificil en la familia, por ejemplo alguien discapacitado en algun sentido?
3. ¿Estuvo alguno de los padres o abuelos casado o comprometido en una relación anterior, o involucrado en una relación significativa antes de su actual matrimonio?
Cualquier pregunta adicional estorba la apertura a la información fenomenológica que emerge. Esto es verdad tanto para el terapéuta como para los representantes. Es también el motivo por el cual el terapeuta renuncia a cualquier conversación previa con el cliente o a un cuestionario extenso. Además, es mejor si el cliente permanece en silencio durante la constelación, y que los representantes se abstengan de hacerle cualquier pregunta al cliente.

¿Cómo ocurre que una persona es escogida, en su familia, para representar a una persona excluida?
La fuerza que opera seleccionando a alguien para representar a la persona excluida es la consciencia familiar, y es inconsciente. Usted lo ve por sus efectos. Esta consciencia familiar sigue ciertas leyes. Una de ellas es que cada miembro de una familia tiene un derecho equivalente al de los demás a formar parte del sistema. Ahora, si un miembro es olvidado o excluido ya no pertenece. Entonces la consciencia familiar tiene una tendencia a completar la familia. Ésta es una de las leyes. Y podemos de hecho ver, por sus efectos, qué miembro de la familia es sujeto de ella y quiénes no. Sólo ciertos miembros de la familia son afectados y pueden estar embrollados en la suerte de otros miembros de la familia.

¿Es la familia la que escoge a esa persona o es la persona la que escoge ser un representante del pasado?
Ni uno ni lo otro. Es el alma de la familia o la consciencia de la familia la que coge a esa persona. Y no hay nadie culpable de estar escogiendo a alguien. Es una fuerza que requiere que alguien lo haga, y el más débil –con frecuencia- es quien lo toma sobre sí.
Si es un niño, es con frecuencia el más joven quien lo asume. El que menos puede resistir estas fuerzas. Pero no quiero hacer de esto una generalización. Lo he observado con frecuencia, pero también sucede que sea el primero que nace, con mucha frecuencia es él; lo que sí es siempre alguien en una posición más débil quien carga con ello.

¿A quiénes incluye la consciencia familiar?

La consciencia familiar abarca un número circunscrito de personas:
1. los niños, incluidos los fallecidos durante el embarazo y aquéllos que murieron temprano,
2. los padres y sus hermanos,
3. los abuelos,
4. a veces, los bisabuelos o uno de los bisabuelos, y a veces incluso ancestros que vienen de más átras.
Y, lo que parece muy extraño, gente que no son parientes pertenecen a la consciencia familiar también:
5. todos – y esto es muy importante – los que hicieron lugar en ventaja de los miembros ya mencionados. Esto ncluye, en particular, a parejas anteriores de los padres o de los abuelos, así como también todos aquéllos cuya mala fortuna o muerte trajo a la familia una ventaja o ganancia.
6. víctimas de la violencia o el asesinato por parte de cualquier miembro de la familia.

¿Puede compartir algunas de sus experiencias con ex-parejas?

Sí, experiencias que tuve recientemente con personas que sufrieron una pérdida en favor de alguien de la familia. Por ejemplo, la ex-esposa del padre, de la que él se separó. La nueva esposa tiene una ventaja porque la otra sufrió una pérdida; así, la primera esposa pertenece a la familia. Y ella siempre será representada. Ésta es una de las leyes de las que no he visto nunca una excepción, ella será representada por un hijo o una hija del segundo matrimonio. Así, por ejemplo, una de las hijas de la segunda esposa repentinamente sentirá como la primera esposa. Se enfurece con su padre y nadie sabe por qué. Esto es nuevamente el resultado de la consciencia familiar. Esto es la consciencia familiar.

¿Cómo trabaja en una Constelación Familiar con tales asuntos?
La constelación familiar muestra el estado de la familia, dónde se encuentra el problema. En el caso que acabo de mencionar a modo de ejemplo, yo introduciría en el sistema familiar a una representante de la primera esposa. Y entonces, el hombre, su ex-esposo, le mira y le dice: “Siento haberte herido. Te honro como mi primera esposa”. Y la segunda esposa le dice: “Tu eres la primera, yo soy la segunda. Y por favor, sé amable si conservo a mi esposo, y por favor, mira con buenos ojos a mis hijos”. Y entonces la hija que representaba a la ex-esposa ya no necesita hacerlo y puede decirle a la mujer que representa ... esto es a la ex-esposa de su padre en la Constelación: “Yo soy hija de mi padre y de mi madre”. Y puede decirle al padre: “Tú eres mi Papá, yo sólo soy tu hija. No tengo nada que ver con tu ex-esposa”. En tales casos, la hija también se convierte en rival de su madre porque su padre la ve como su primera esposa. Ahora puede decirle a su madre: “Tú eres mi madre, yo soy tu hija, por favor, sé amable.”
He observado que en casos como éste los niños desarrollan una neurodermitis, una enfermedad de la piel ... una picazón constante. Es muy extraño. Lo descubrí por azar. Si hay reconciliación entre las dos esposas, la neurodermitis sana o se alivia. Esto muestra que en realidad muchas enfermedades se deben a la consciencia familiar. Así, haciendo este trabajo se puede ayudar a mucha gente, para que lleven una vida de mejor calidad.

¿Son también aplicables sus metodos terapéuticos con personas con enfermedades graves?

Sí, especialmente en los casos en que los problemas o enfermedades son causados por implicaciones sistémicas o cuando ésta es a lo menos una causa contribuyente.

¿Cuáles son los síntomas que responden mejor a esta psicoterapia sistémica?
Hemos visto que algunas enfermedades muy desafiantes para la vida de las personas, por ejemplo, el cáncer, también tienen causas sistémicas. El contexto sistémico se muestra en la dinámica de: "Yo te sigo"; esto significa que una persona quiere seguir a otro miembro de la familia que está enfermo o muerto, cayendo enfermo o buscando morir él también. O un niño que ve a alguien de su familia con la tendencia a seguir a otra persona de esta manera, y trata de retenerlo diciendo: "Es mejor que yo me vaya en tu lugar." A todo esto se suma el deseo de expiar o compensar una suerte, buscando a su vez un destino similar. Conociendo estas dinámicas fundamentales, es posible despojarlas de su poder y aliviar mucho sufrimiento y dolor.
Otros síntomas están relacionados con un movimiento interrumpido hacia uno de los padres. Tal es el caso, por ejemplo, de dolores cardíacos o dolores de cabeza, que con frecuencia expresan un amor refrenado, y los dolores de espalda se desarrollan muchas veces cuando una persona rehusa inclinarse profundamente en respeto a su padre o madre.

Usted también ha observado que hay dinámicas que conducen recurrentemente a accidentes o patrones de mala fortuna. ¿Nos puede contar sobre la dinámica en tales casos?

Enfermedades serias, suicidios o intentos de suicidio, o accidentes son algunas de las cosas que vemos con frecuencia en psicoterapia y que son motivadas por el amor –el amor de un niño pequeño. Los niños aman según un sistema de creencias mágico. Para el niño, amor significa: "Dondequiera tú guíes, yo te seguiré. Lo que tú hagas, yo haré," o "Te amo tanto que quiero estar contigo siempre." Esto es: "Te seguiré en tu enfermedad" y "Te seguiré a tu muerte." Cuando quiera alguien ama de esta manera, él o ella es naturalmente vulnerable y propensa a contraer una enfermedad grave.
¿Pero cómo puede sentirse la persona que es amada de esta forma? ¿Cómo puede sentirse al ver que su enfermedad o su muerte está causando que un niño se enferme? ¿Cómo se sentirá? Mal, ¿no es cierto? ¡Exactamente!
En las constelaciones, observamos invariablemente que los fallecidos, los enfermos, y quienes han sufrido una suerte difícil, desean que a los sobrevivientes les vaya bien. Una muerte, desgracia o mala fortuna es suficiente. Los muertos están bien dispuestos hacia los vivos. No es sólo el niño quien ama, sino también quienes han sufrido y han muerto. Para que la curación sistémica pueda tener éxito, el niño debe reconocer el amor de su pariente muerto y debe honrar su suerte o destino.
No me queda claro qué significa cuando dice, "reconocer su amor y honrar su suerte."
Cuando un niño muere, los otros miembros de la familia tienden a tener miedo -en parte, porque ellos también, quizás inconscientemente, sienten la clase de amor que los hace querer seguir al niño. Para contener su miedo, ellos adormecen sus sentimientos En efecto, apartan al niño de sus corazones y de su alma. Puede que hablen del niño, pero se han separado o han acallado sus sentimientos. Entonces, aún cuando el niño está muerto, él o ella todavía tiene una influencia mortal sobre el sistema familiar: la muerte de los sentimientos. Para que el amor prospere, el niño debe tener un lugar en la familia, tal como si él o ella estuviera viviendo. Los miembros sobrevivientes de la familia deben vivir sus sentimientos por el niño, y su pena y su duelo. Pueden poner una foto del niño, o plantar un árbol en su memoria. Pero la cosa más importante es que los sobrevivientes lleven al fallecido con ellos a su vida, y permitan que su amor por el niño viva.
Mucha gente actúa como si los muertos se hubieran ido. ¿Pero dónde pueden ir? Obviamente, están fisicamente ausentes, pero también siguen presentes en sus efectos continuos sobre los vivos. Cuando tienen un lugar apropiado dentro de la familia, las personas fallecidas tienen un efecto amistoso. De otra manera causan ansiedad. Cuando se les da un lugar apropiado, ellos apoyan a los vivos en su vida en vez de apoyarlos en la ilusión de que deberían morir.

¿Y qué ocurre con el SIDA?
Estar infectado con el virus o contraer Sida no es una dinámica familiar, no directamente. Por supuesto, la gente que contrae SIDA son en su mayoría homosexuales, y la homosexualidad es una dinámica familiar. Si vuelvo al ejemplo anterior, si hubo un infante que murio temprano y era una niña, y luego en la familia hay sólo niños varones, entonces uno de los niños tiene que representar a una niña. Ahora, esto conduce a la homosexualidad, si un hombre tiene que representar a una mujer en una familia. Pero cuando hay SIDA, el asunto principal es que enfrenten su destino y suerte. Por lo que he visto, ellos normalmente no se hacen ninguna ilusión, es facil trabajar con ellos.

Respecto de la homosexualidad, primero quisiera decir unas cuantas cosas generales acerca del punto de vista sistémico. Cada persona es parte integrante del sistema relacional en el que vive, y cada persona tiene un mismo valor para el funcionamiento de ese sistema, es decir, cada miembro del sistema familiar es esencial en su importancia.
Las diferencias en un sistema social permiten que éste sea más duradero y estable. Existe una conciencia de grupo que excluye a algunos miembros del grupo por ser diferentes, pero actúa a un nivel diferente que la conciencia sistémica que vela por el derecho de todo miembro de formar parte del sistema familiar. El hecho de que alguien sea excluido por ser diferente, tiene consecuencias muy serias para los miembros más jóvenes de una familia. He visto muchos casos en los que una persona más joven sufría terriblemente porque estaba identificada con un familiar mayor, que había sido excluido de la familia por ser homosexual. Los homosexuales son miembros de la familia y como tales deben ser reconocidos y valorados. De lo contrario, se hiere el amor. Este reconocimiento fundamental de la dignidad intrínseca y del valor de toda persona permite mirar las diferencias abiertamente.
Partiendo de esta base, se presenta un hecho inevitable para las parejas homosexuales: su amor no puede llevarlos a tener hijos. La procreación exige la heterosexualidad, y este hecho no puede ignorarse como si no existiera ni tuviera consecuencias. En cualquier relación de pareja sin hijos la separación significa menos culpa, es decir, se trata de dos personas que sólo se hieren mutuamente. En cambio, si una pareja de padres se separa, este paso tiene consecuencias graves para sus hijos, por lo que se les exige mucha cautela para que sus hijos no sufran por lo que ellos hacen. Esta culpa adicional hace más difícil la separación para los padres, pero, paradójicamente, también sirve de apoyo para su relación. Las parejas sin hijos ¾ entre ellas también las parejas homosexuales ¾ no pueden contar con el apoyo de estas consecuencias para mantenerlos juntos en tiempos de crisis.
Para parejas homosexuales, al igual que para otras parejas sin hijos, interesadas en una relación duradera y de amor, es especialmente importante tomar decisiones claras y conscientes acerca de los fines e intenciones de sus relaciones. Algunas metas son más probables de llevar a una estabilidad duradera en una relación que otras. El querer evitar la soledad o la sensación de vacío, por ejemplo, no es ninguna meta que pueda apoyar una relación duradera entre iguales.
Cada persona tiene su propio camino en la vida ¾ una parte se elige, pero la otra simplemente viene dada por la vida misma, sin que pueda elegirse realmente. Ésta es la parte difícil de manejar. Las personas homosexuales con las que yo he trabajado, incluso aquéllas convencidas de que ellas eligieron libremente su orientación sexual, estaban cogidas en dinámicas sistémicas, experimentando en sus vidas las consecuencias de lo que otros en su sistema hicieron o sufrieron. Estaban cogidos al servicio de su sistema, y de niños no pudieron defenderse contra la presión sistémica a la que estaban expuestos. Por tanto, éste es para ellos el segundo asunto a tratar: ellos llevan algo por la familia.
Yo no veo la homosexualidad como algo que tenga que cambiarse, y siempre que trabajo con personas homosexuales, la homosexualidad no es el tema primordial. Simplemente intento sacar a la luz cualquier tipo de implicaciones que podría estar limitando la plenitud de la vida, pero no tengo ninguna intención de cambiar la orientación sexual de nadie.

¿Qué tipo de implicaciones ha observado en su trabajo con homosexuales?
He podido observar tres patrones de implicaciones sistémicas:
Un niño es presionado a representar a una persona del sexo opuesto en el sistema porque no hay ningún niño del mismo sexo a disposición. Así, por ejemplo, un niño tuvo que asumir el papel de su hermana mayor muerta, porque no había ninguna niña entre los demás hijos supervivientes. O el caso de otro hijo que tuvo que representar a la primera novia de su padre, que había sido tratada injustamente. Éste es el patrón más doloroso y difícil que he podido observar.
Un hijo siente la presión de representar a alguien que fue excluido del sistema familiar o que fue difamado por el sistema, incluso si la persona en cuestión es del mismo sexo. Homosexuales que viven en este patrón tienen la posición de "marginados". Así, por ejemplo, un niño que era tratado como el primer novio de la madre que contrajo sífilis y, a continuación, rompió el compromiso. Aunque aquel novio había actuado honradamente, había sido menospreciado y desdeñado por la madre del niño. Los sentimientos del hijo, la sensación de ser despreciado, eran muy similares a lo que aquel novio debió de sentir, como si fueran sus propios sentimientos.
Un hijo que quedó cogido en la esfera de la madre, o una hija que no salió del ámbito de influencia del padre, ambos incapaces de llevar a término el gesto interior de tomar a aquél de sus padres que pertenece a su mismo sexo.

¿Cuál es la dinámica que ha observado al trabajar con adictos?
Cuando hay adicción, por ejemplo alcoholismo, tenemos constelaciones muy extrañas. En tales familias, la esposa desprecia a su esposo. Y no quiere que los hijos honren a su marido o que vayan con él o con su familia. Ella dice: “Yo soy buena para ustedes, él no es bueno”. Y entonces los hijos se vengan de la madre, le prueban a ella que no son buenos y que ella está en un error. Por tanto se vengan. Así se ha tornado claro que durante la adicción, sólo los hombres se pueden hacer cargo del cuidado de un adicto, no las mujeres. Los terapeutas de los drogadictos deberían ser hombres. Pero las mujeres que honran a los hombres, también pueden ayudar, sólo si no están intentando ayudar “al pobrecito adicto” o algo por el estilo, porque entonces los tratan como si fueran niños, y el drogadicto tiene que convertirse en un hombre. Y se transforma en un hombre cuando honra a su padre. Hay una imagen muy simple para ir en esta dirección: por ejemplo, pongo a su padre –en una Constelación- y trás él sitúo a su abuelo, y detrás suyo, al bisabuelo. Y luego, el adicto se apoya contra su padre y esa es una fuerza masculina que lo fortalece y que ayuda.
Pero por otra parte, muchos adictos son suicidas, y ésta es otra dinámica, una que se encuentra en familias que son dirigidas por la conciencia familiar hacia algunas dinámicas básicas:
Un niño quiere seguir a una persona fallecida, por ejemplo a la madre o al padre, ... él desarrolla una enfermedad, es propenso a accidentes o a tendencias suicidas.
Un niño ve que su padre quiere seguir a su propio padre, y dice: “Yo lo haré en tu lugar Papá”, y se convierte en anoréctico... “Yo prefiero desaparecer”... quiere evitar que su padre muera.
Esto es un pensamiento mágico y completamente inconsciente. Sólo en la Constelación Familiar se trae a luz, entonces puede ser expuesto y podemos encontrar una solución dentro de la familia.

¿Cuántas veces hay que repetir una Constelación?
No hay repeticiones. Se hace sólo una vez. La Constelación lo muestra y entonces el movimiento sanador puede comenzar a operar. Pero no es tan fácil, porque si, por ejemplo, un niño quiere morir en lugar de su padre, se siente inocente y grande, pero si sigue a la solución... se siente pequeño y culpable de una manera muy especial... Por tanto, se requiere de un desarrollo especial en el alma de ese niño para que dé estos pasos. Así, no es que uno pueda hacer una cura o encontrar una solución de la misma manera que uno repara un reloj. Tenemos que apoyar el alma y encontrar recursos en la familia para el cliente.

¿Qué leyes gobiernan el comportamiento de aquéllos que pertenecen al alma de la familia?

Como dije antes, los miembros de la familia se comportan como si compartieran un alma en común, o una consciencia en común, y como si todos estuvieran sujetos a una autoridad superior. Incluso parece que esta autoridad sigue ciertas leyes y exige o demanda ciertas acciones:

El Amor Más Grande
El primer fenómeno que observamos aquí es que los miembros de la familia están vinculados estrechamente por esta alma mayor, o alma familiar compartida. Esto es verdad incluso al punto de que un niño, cuya madre o padre muere cuando él es de temprana edad, siente el anhelo de seguirlos a la muerte. Incluso padres o abuelos en ocasiones quieren seguir a sus niños a la muerte, y podemos observar esta dinámica incluso entre los miembros de una pareja. Si uno muere, con frecuencia el otro pierde el deseo de vivir.

Equilibrio y Compensación
El segundo fenómeno que notamos, es que hay una urgencia de equilibrar pérdidas y ganacias entre generaciones. Esto significa que alguien que ha sacado provecho a expensas de otro, pagará por ello con una pérdida equivalente para compensarlo. Si aquéllos que se beneficiaron fueron también los perpetradores, sus descendientes son los que con frecuencia terminan pagando. El alma familiar se sirve de ellos en lugar de sus ancestros, sin que nadie se percate. Y si alguien fue culpable en una generación anterior, pero no hizo frente a su culpa, luego alguien en una generación posterior asumirá la expiación de esa culpa. Así, por ejemplo, se matará. Hemos visto eso con los asesinos Nazis. Y muchos de sus descendientes dos o tres generaciones después tienen tendencia a ser suicidas y quieren reparar aquello.

El Orden de Precedencia
En otras palabras, el alma familiar favorece a aquéllos que vinieron primero sobre aquéllos que vienen después. Esto representa un tercer movimiento u orden natural en el alma familiar. Alguien que nace está preparado para morir por alguien que vino antes en el sistema, sacrificando su propia vida en un intento de evitar la muerte de otro miembro de la familia. O, el miembro posterior de la familia puede estar expiando por la culpa no resuelta de alguien que vino antes. Una hija puede estar representando a la esposa anterior de su padre, y comportarse hacia él más como una pareja que como su hija. En tal caso, ella se convierte en rival de su madre. Si a la primera esposa se la trató mal, la hija puede asumir los sentimientos de esa mujer hacia sus dos padres.

Integridad
El cuarto orden del alma familiar vela por la integridad de la familia y exige que cada miembro de ella tenga el mismo derecho a la pertenencia. Miembros posteriores de la familia representan a miembros anteriores que fueron excluidos u olvidados, honrando así su derecho a la pertenencia, y restaurando su pertenencia haciendo lugar para ellos. Cuando quiera se excluye o se olvida a un miembro, entonces esta clase de consciencia o alma toma a alguien de una generación posterior para reparar a la persona precedente. Y esta persona actua como la otra persona en su vida.
Éste es sólo un resumen breve de algunos movimientos del alma familiar y sus órdenes subyacentes. Mis libros “Felicidad Dual” (Ed. Herder, Barcelona, 1999) y “Reconocer lo que es” (pronto en español) tratan sobre esto en forma extensa.

¿Qué tipo de soluciones se pueden encontrar para un cliente? ¿Qué constituye el enfoque fenomenológico aquí?

El campo de visión fenomenológico va desde un punto de vista estrecho a una percepción amplia, se extiende desde lo próximo, o a mano, hasta vistas distantes. Esto significa que en vez de mirar sólo al cliente, el terapéuta también mira a toda la familia, y en lugar de mirar sólo al cliente y su familia, mira más allá de ellos, a un campo de fenómenos mayor y al alma mayor que contiene todo ello. Un individuo y su familia están unidos por un campo mayor y están afectados por las fuerzas de un alma común mayor, que parece guiarlos y dirigirlos. Mas aún, parece claro que un problema sólo puede ser comprendido cabalmente, y que sólo pueden emerger soluciones, en el contexto de una visión más amplia.
Si espero ser de ayuda para el alma del cliente, debo ver a su alma siendo guiada por el alma familiar. Pero si sólo miro al cliente y su familia, puedo reconocer qué fue lo que conduzco a implicaciones sistémicas, pero la solución no se presenta, hasta que haya hecho la conexión con esas fuerzas y dimensiones del alma que están por sobre el individuo y su familia. Esas dimensiones están más allá de nuestra influencia. Nosotros podemos meramente permanecer abiertos y receptivos en relación a ella. Cuando nos enfocamos en lo esencial durante una constelación, esta alma mayor puede esclarecer una imagen sanadora potencial, o una frase, o posiblemente el próximo paso. El terapeuta se hace meramente disponible para ser tocado por esta alma mayor, al refrenarse de cualquier dirección de su parte, y permanecer profundamente humilde hacia todo aquello que teme, incluso frente al miedo de fracasar. Entonces, repentinamente, una imagen, una palabra, o una frase puede emerger, guiándolo al próximo paso. Pero será siempre un paso hacia la oscuridad y lo desconocido. Sólo al final quedará claro si este paso fue apropiado o si ayudo efectivamente. Al adoptar una postura fenomenológica entramos en contacto con estas dimensiones del alma, y esto se logra con más facilidad no-haciendo que haciendo.
La presencia focalizada del propio terapeuta ayuda al cliente a adoptar él también la actitud fenomenológica, y a recibir los esclarecimientos y fortalezas que ofrece. Con frecuencia el cliente no puede soportar lo que le está siendo revelado y se cierra en contra de ello. El terapeuta consiente incluso ante eso. El terapeuta no permite dejarse atrapar por el destino embrollado del cliente y su familia. Esto podrá parecer frío o duro de corazón. Pero nuestra experiencia ha mostrado que, tanto para el cliente como para el terapeuta, los esclarecimientos obtenidos de cualquier otra manera, permanecen incompletos y tentativos.

¿Nos puede dar ejemplos de aquéllos cuyo infortunio o muerte trajo a la familia una ventaja o una ganancia?

En constelaciones con descendientes de quienes han adquirido una gran fortuna, han sido notables los destinos difíciles de los nietos y los bisnietos, que no pueden explicarse por eventos sólo en la familia. Después que se han agregado representantes para la gente que ha sufrido a través de la adquisición de tales riquezas, se tornó aparente que su sacrificio continuaba teniendo efectos en la familia durante varias generaciones.
Es el mismo caso cuando, por ejemplo, ha habido trabajadores que han muerto durante la construcción de los ferrocarriles o en la producción de petroleo, y cuya contribución a la prosperidad de sus empleadores no fue reconocida ni honrada.
¿Qué si un miembro de la familia fue asesinado?
Daré un ejemplo. Fue en un grupo de supervisión. Un terapeuta presentó la situación de un cliente. El padre había dado muerte a su esposa, las hijas quedaron y están ahora al cuidado de la hermana de la esposa. Y las dos niñas están muy alteradas. Configuré al hombre, la mujer, la hermana y las dos niñas. La mujer inmediatamente sintió mucho miedo. Se volvió hacia su hermana en busca de protección. El hombre se movio alejándose. Quería irse. De hecho, él se mató luego de matar a su esposa. Así que tuve que hacer que enfrentaran el verdadero asunto. Traje a la esposa e hice que se tendiera en el suelo para mostrar que ella no está viva, ella está muerta ahora, así que no puede simplemente ir donde su hermana para que la proteja ya más. Así reestablecí la realidad en este aspecto. Luego traje al hombre de vuelta para que mirara a su esposa. Y la miró y no podía moverse. Entonces hice que respirara profundamente y repentinamente salió de él. Un dolor muy, muy profundo. Un tremendo dolor. Y entonces cayó sobre sus rodillas y miró a su esposa y se puso a llorar. Entonces, sólo entonces, pudo mirar realmente a su esposa. Y luego hice que se tendiera junto a su esposa, porque esa era la realidad. Él también estaba muerto. Y entonces los dos, ambos, se movieron juntándose con un muy, pero muy profundo amor. Eso es lo extraño, que luego de eso quedaron unidos en un profundo amor.

De esto concluyó, y he tenido experiencias similares con otras constelaciones aún más traumáticas, que a fin de cuentas, si ambos se reconocen como muertos, entonces los muertos... se unen. Extraño movimiento, que aquéllos que están muertos se unan, se entrelacen uno con el otro, y lleguen a la paz con un amor muy, muy profundo.
Ahora, este movimiento, a mi parecer, sólo es posible si los perpetradores y las víctimas, quienquiera que sean, están al servicio de una rabia falsa que va más allá de ellos, mucho más allá de ellos. Y sólo si todos ellos miran a esta fuerza mayor, entonces los antagonismos entre ellos pueden cesar y se inclinan con mucha humildad en el alma ante esta fuerza mayor. Y lo que une a todos ellos lo llamo la Gran Alma y no tengo un nombre mejor para esto, y esto va más allá de la noción de campos morfogenéticos, que se utiliza a veces para explicar los fenómenos de repetición de patrones o formas en el tiempo y el espacio, porque los campos están fijos. El alma es algo que se mueve, dirige el curso de la historia y de la vida personal. Y en esta alma nosotros participamos. Y en vez de ver al individuo como teniendo un alma, él participa en un alma.
Esta alma tiene varios niveles. En la superficie hay un nivel de leyes muy duras. Y por debajo hay algo muy diferente. Por ejemplo, puedo configurar una familia, dos personas, y no sé nada, y de repente, ellos son atraídos por una fuerza y enfrentan el asunto verdadero, y esta fuerza los dirige hacia una solución, que va más allá de las leyes que operan en la superficie. Si podemos coger esa fuerza, cogemos la fuerza sanadora.
Pero quizás una cosa más sobre la constelación del hombre que mató a su esposa y luego se suicidó. Las dos hijas se encontraban muy alteradas. Una estaba llena de odio. Fue sumamente claro, ella iba camino a devenir una asesina con ese odio.
Ésa fue hacia su padre, quería ir hacia su padre. Y la otra estaba muy alterada en un sentido diferente. Ella queria devenir víctima. Hice que se tendieran junto a sus padres. Entonces estaban unidas a ellos, luego pudieron ponerse de pie; ya no más con odio, no más con desesperación, y pudieron dar la espalda a los muertos, dejarlos solos y mirar a la vida. Ésa también fue una solución ahí.
¿Qué sucede cuando un miembro de la familia deviene un victimario o perpetrador?
Con respecto a perpetradores y víctimas, los asesinos se sienten grandes con frecuencia, muy fuertes cuando se enfrentan a sus víctimas. Y entonces en sus familias el más débil asume la expiación. En la constelación, cuando son enfrentados con las víctimas, las víctimas devienen muy muy grandes, y los asesinos muy muy pequeños. Y así hay un cierto tipo de compensación que se logra en eso, a ese nivel. Y entonces los vivos ya no están más involucrados, si eso ocurre. Éste es un tipo de ritual de sanación.
Hemos visto que lo que causa perturbaciones es que los vivos asuman ellos algo que sólo los muertos entre ellos pueden lograr. Así, el movimiento sanador sería que los vivos miraran a los muertos, dejaran que hagan su movimiento, los miraran una vez más, luego se dieran la vuelta y miraran al futuro. Ése sería el movimiento que va a otro nivel. Así, la interferencia en el dominio de los muertos causa perturbaciones a los vivos.
En muchas constelaciones que involucran a descendientes de asesinos, por ejemplo a los perpetradores durante el Régimen Nazi, fue claro que los nietos y los bisnietos querian tenderse junto a las víctimas, lo que implica un peligro muy grande de tendencias suicidas. La solución fue similar para ambos grupos. Las víctimas deben ser vistas y reconocidas por todos los miembros de la familia, que necesitan inclinarse ante ellos y hacer el duelo por ellos. Después, aquéllos que originalmente se beneficiaron, así como los perpetradores, tienen que tenderse junto a las víctimas, y los demás miembros de la familia deben dejarlos ir hacia esos dominios. Sólo entonces los descendientes se sentirán aliviados. Y quizás los vivos se mirarán unos a los otros de una manera diferente.
¿Qué ocurre cuando la gente se ve involucrada en guerras civiles o situaciones semejantes?
Una observación reciente que he hecho en las constelaciones familiares, y que puede tener efectos en eventos históricos muy duros, es permitir que las víctimas muertas y los perpetradores muertos se efrenten unos a los otros – y en las constelaciones familiares podemos configurar una manera en que esto es posible – entonces no se necista ninguna intervención externa. Habrá un movimiento que los llevará a juntarse entre todos, y todo lo que era considerado injusto por parte de los vivos, o que requiere expiación, no se aplica a los muertos. Ellos se reunen a un nivel en que son realmente uno.
Vimos estas dinámicas en las constelaciones configuradas en nuestros seminarios recientes en España, Brasil, y el que acabamos de finalizar en Santiago de Chile. También en Argentina, en relación con las llamadas “Madres de la Plaza de Mayo”. En Santiago, usted vió la constelación configurada para la hija de un dirigente sindical que “desapareció”. Luego que ella dijo que los desaparecidos o muertos como su hermano habían sido más de 1.500, le pedi que escogiera a un representante para su padre y a cinco hombres para representar a todas las víctimas, a un representante para el jefe de los perpetradores y a cinco hombres para representar a todos los victimarios. Entonces situé a cada grupo en un semicírculo enfrentando un grupo al otro, y vimos, sin decir nosotros una palabra, cuánto dolor hay entre las víctimas desaparecidas y asesinadas, y el movimiento –que duró unos veinte minutos- que los llevó hacia sus perpetradores, a enfrentarlos y después a desplomarse y quedar tendidos entremezclados junto a los perpetradores también tendidos, todos muertos en paz. El último movimiento fue notable ya que el jefe de los victimarios, una vez tendido en el suelo, se movió y se ubicó con sus pies tocando los del líder de las víctimas, y ahí permaneció quieto en paz.
En situaciones colectivas en que ha habido implicaciones sistémicas graves que involucran una culpa y un sufrimiento muy grandes, el trabajo con Constelaciones puede ser un vehículo muy conmovedor y una herramienta poderosa para el cambio hacia una reconciliación.
¿En qué otras áreas se puede aplicar su método sistémico?
Hay ahora una tendencia a que extendamos el campo en un sentido más amplio que el de la psicoterapia para incluir muchas otras áreas, porque parece que en ellas lo que llamo los órdenes del amor –que llevan a embrollos- pueden ser aplicados de manera que conduzcan a encontrar soluciones. Como por ejemplo el trabajo que hemos hecho en cárceles. Estuvimos en Londres el año pasado y trabajamos en tres cárceles; fue muy sorprendente ver que el trabajo fue recibido en forma muy positiva por los presos. En Alemania hay ahora investigaciones sobre cómo aplicar este trabajo en las cárceles. Mi sugerencia fue que primero trabajáramos con los asesinos y sus víctimas, porque ese parece ser el caso extremo y muestra las leyes de manera más clara. Pienso que si podemos obtener de ellos formas de resolver estos asuntos difíciles, entonces se puede extender el trabajo con mayor facilidad hacia otros campos. Otro campo son los colegios. Los profesores pueden hacer esto, aplicarlo sin ser psicoterapéutas. O en el trabajo social se puede aplicar fácilmente. Y para encontrar soluciones para las dificultades relacionales también, en las organizaciones de todo tipo, como lo hicimos en el taller con empresarios y ejecutivos de empresas, aquí en Santiago el 2 de septiembre. Así que queremos ir más allá del ámbito de la psicoterapia y aplicar el método en un área más amplia. Y pienso que eso está muy en harmonia con lo que tú quieres lograr.

He visto que una Tercera Conferencia Internacional sobre Constelaciones Familiares va a tener lugar en Alemania en mayo del año 2001. ¿Cuál va a ser su foco principal?
Su foco principal van a ser las perspectivas de solución en conflictos étnicos. Conflictos en las familias y en las comunidades causadas por diferencias de religión, cultura, e historia compartida; sus consecuencias en el inconsciente del individuo, la familia y la nación; la transmisión transgeneracional de éstas consecuencias; intentos de solución que pueden promover el establecimiento de un puente entre las decisiones políticas y las terapéuticas. Estos aspectos serán explorados exhaustivamente a través de ponencias y talleres.
Desde distintas naciones se presentarán proyectos “psico-políticos” que han probado ser éxitosos.

Humberto del Pozo: Gracias, querido profesor, por la oportunidad de una conversación tan conmovedora y enriquecedora.
Bert Hellinger: Ésas fueron buenas preguntas... me vi forzado a revelar muchos secretos. Mi placer.